Cile: elogi e cautela davanti al mea cilpa del capo dell' esercito
Elogios y cautela ante mea culpa militar
SANTIAGO, 5 nov (IPS) - Familiares de víctimas de la represión dictatorial en Chile reaccionaron con cautela este viernes al reconocimiento del jefe del ejército, Juan Emilio Cheyre, de la responsabilidad de su institución en las violaciones de derechos humanos.
El presidente Ricardo Lagos y la mayoría de los dirigentes políticos subrayaron el ”coraje” de Cheyre y calificaron de ”histórico” su gesto, con el cual el ejército parece romper definitivamente con el legado del ex dictador Augusto Pinochet, quien fue comandante en jefe de esta fuerza desde agosto de 1973 hasta marzo de 1998.
”El Ejército de Chile tomó la dura, pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado”, señaló Cheyre en un documento difundido profusamente por la prensa local.
”Las violaciones a los derechos humanos nunca, y para nadie, pueden tener justificación ética”, agregó Cheyre, aludiendo a los crímenes, desapariciones forzadas, torturas y otros delitos que tuvieron lugar bajo el régimen de Pinochet, entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990.
El pronunciamiento se dio en vísperas del informe que la próxima semana entregará a Lagos la Comisión de Tortura y Prisión, un organismo especial que desde comienzos de este año recopiló testimonios sobre unos 35.000 casos de maltratos a presos políticos durante la dictadura.
En 1991, la Comisión de Verdad y Reconciliación, que encabezó el jurista Raúl Rettig, entregó al entonces presidente Patricio Aylwin (1990-1994) un documento que registraba unos 3.000 crímenes contra los derechos humanos bajo el régimen de Pinochet, entre asesinatos y desapariciones forzadas.
El ex dictador nunca reconoció responsabilidad del régimen ni del ejército. En noviembre de 2003 dijo que hubo ”excesos” que atribuyó a ”subalternos que actúan y se quedan callados”.
Antes, Pinochet había llegado incluso a descalificar al jefe del ejército de Argentina, Martín Balza, cuando éste pidió perdón en nombre de su fuerza a sus compatriotas por los crímenes represivos de la dictadura militar que gobernó ese país entre 1976 y 1983.
El general retirado Ricardo Izurieta, sucesor de Pinochet al mando del ejército (1998-2002), dijo en 1999 que los uniformados cometieron ”errores”, pero que era ”cambiar los hechos” sostener que ”hubo una política institucionalizada de violaciones a los derechos humanos”.
El ”mea culpa” institucional de Cheyre podría constituir una suerte de resguardo por el previsible impacto que tendrá el documento sobre las torturas, un tema no abordado en 1991 por el ”Informe Rettig”, dijeron a IPS fuentes de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (AFDD).
La declaración del jefe militar ”es un paso importante, pero no es trascendente para nosotros”, dijo Viviana Díaz, vicepresidenta de la AFDD. Lo fundamental es que ”el ejército se decida a entregar a los tribunales la información que falta para así encontrar a nuestros familiares”, afirmó.
Díaz añadió que el reconocimiento de Cheyre ha dado la razón a las organizaciones de derechos humanos. ”Siempre hemos sostenido que las Fuerzas Armadas fueron las que dieron un golpe de Estado (el 11 de septiembre de 1973), las que violaron los derechos humanos”, indicó la dirigente.
La abogada Pamela Pareira, hija de un desaparecido y acusadora en varios juicios sobre derechos humanos, consideró histórico el documento del comandante del ejército, en tanto ”cambia cualitativamente” el escenario en que se llevan a cabo unos cien procesos por desapariciones y asesinatos políticos.
Entre estos procesos se incluye la investigación a cargo del juez Juan Guzmán sobre la responsabilidad que Pinochet tuvo en la creación del Plan Cóndor, el operativo coordinado de represión que las dictaduras del Cono Sur de América Latina montaron en las décadas de los años 70 y 80.
Pinochet, de 88 años, fue despojado de su inmunidad por la Corte Suprema para que sea investigado en este proceso, pero podría eludir una vez más a la justicia si se le considera inimputable a raíz de su supuesta demencia senil, que en 2001 lo excluyó de otro juicio por 58 asesinatos y 18 secuestros de presos políticos.
Desde Río de Janeiro, donde participa en la cumbre del Grupo de Río, Lagos expresó su satisfacción y orgullo por el reconocimiento institucional realizado por el comandante del ejército, que es una ”contribución importante y activa en la construcción del Chile del mañana para estar en paz”, dijo.
”Esta nueva visión (del ejército) es la continuación de un proceso de cambio gradual, que se relaciona con la modernización institucional y con su plena integración a los tiempos democráticos que vive Chile”, añadió el mandatario.
La ex ministra de Defensa Michelle Bachelet, y la ex canciller Soledad Alvear, las dos principales aspirantes presidenciales en la gobernante coalición de centroizquierda, aplaudieron igualmente el gesto de Cheyre.
Gonzalo Martner, presidente del cogobernante Partido Socialista, elogió al jefe militar, pero advirtió que los juicios pendientes por crímenes contra los derechos humanos ”deben seguir su camino en los tribunales” con este nuevo antecedente de la ”responsabilidad institucional”.
La abogada Pereira, también socialista, estima que el pronunciamiento del Ejército debe ser imitado por las otras ramas castrenses, y en particular por la armada.
Fue precisamente un ex comandante de la armada, Jorge Arancibia, actual senador de la derechista Unión Demócrata Independiente, quien aportó la nota discordante al sostener que ”no tiene sentido” la declaración de Cheyre.
Según Arancibia, un jefe de una rama militar solo puede asumir responsabilidades jerárquicas o institucionales por actos ocurridos durante su gestión. ”Asumir responsabilidades que están fuera de mi entorno, fuera de mi contexto y de mi tiempo me parece una cosa que no tiene sentido”, expresó.
”En mi institución, en la armada de Chile, no hubo ni una política institucional, ni una doctrina institucional, ni un instructivo institucional, en el cual a nosotros en su momento se nos indujera a violar los derechos humanos”, sostuvo el almirante retirado.
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